jueves, 28 de febrero de 2008

#9

Qué he hecho, qué he hecho, qué he hecho, qué he hecho…¡Mierda!

Está lloviendo…
.
Algo recorre mi rostro, cálido y denso, ¿agua? No, sangre.
Allí hay un arroyo, voy a limpiarme la cara. De verdad llueve con fuerza, los pies se me hunden en el barro. No se si voy a llegar al arroyo, tengo la ropa calada, mi cabeza…arde, siento que me va a estallar. Mi estómago da mas vueltas que un molino, me muevo torpemente de lado a lado. Entre las tormentosas nubes hay una luna llena que refleja mi rostro en el ondeante arroyo.

----------------------------------------------------------------------------------------

Algo recorre mi rostro, frío y fluido, ¿sangre? No, lágrimas.
¡¡Qué he hecho joder!! ¡Cómo he llegado a esto! La cara de ese niño…¡Desaparece de mi mente maldita sea! Estoy gritando a la nada, no me importa. Me pregunto si habrán descubierto ya el cuerpo del chico, pronto rastrearan el bosque. ¡Pero no tengo fuerzas para huir! Quiero salir de aquí, hacerme un ovillo y que todo transcurra como si nada hubiese pasado, quiero que todo lo que ha ocurrido desaparezca.


-Eh, chaval- me susurra una voz a lo lejos- ven, yo puedo ayudarte.

Me levanto…
Un hombre encorvado está a veinte pasos de mi posición. La luz de la luna me de una idea de cómo es: Tiene el pelo muy grasiento, además de mojado, Un ojo le brilla extrañamente y otro esta cerrado bajo el peso de unas putrefactas ampollas de pus. En una nariz aguileña tiene aún mas de esos asquerosos granos y una dentadura desconfigurada hace que no le cierre bien la boca y le sobresalgan dos paletos.

-¡No te quedes ahí imbécil!- me grita el asqueroso hombre con una voz casi gutural. Su mandibula se balancea al hablar- Si no te matan los aldeanos cuando sepan lo que has hecho lo hará el frío o la fuerte lluvia. Ven a mi casa esta noche.

--------------------------------------------------------------------------------------

¡Mierda! ¿Cómo lo sabe? Eso ahora no importa. Iré a su casa, le preguntaré todo lo que sepa y si es necesario le mataré, algo me dice que si mato a éste no sufriré remordimientos.
Este hombre corre asombrosamente rápido, a pesar de las apariencias. Ha encendido un candil, mejor, si le pierdo de vista podré buscar la luz de la llama. A lo lejos ya puedo ver la luz de una choza y el humo que exhala una chimenea. El hombre me está esperando en la puerta haciéndome señas, no se que le pasa pero mira nervioso de lado a lado. Entro con él, no si antes darme un vuelco al corazón; un relámpago ha iluminado el bosque y me ha parecido ver a una niña. No se si lo he visto de verdad, prefiero pensar que me lo he imaginado.

No hay comentarios: